No me logra convencer, pero…
La Sanguchería Vitacura
Cómo llegué
Pensé que no iba a alcanzar, pero apenas terminé el matinal “Muy Buenos Días”, y antes de entrar a “Por Ti”, logré escaparme a almorzar. Tenía que ser un lugar cerca, y necesitaba algún partner ojalá. Puse en un grupo de Whatsapp a ver si alguien se animaba a un almuerzo express, y el crack de David Bulhoes (@DBUrrutia), no la dudó y apañó al tiro. Lo pasé a buscar a su pega, en la agencia de PR Grupo Encina, y partimos a La Sanguchería Vitacura, que nos quedaba casi a la pasada.
Fotos sacadas con mi Sony Xperia X
El restaurante La Sanguchería Vitacura
Ubicado en un stripcenter por Vitacura justo donde parte Luis Pasteur, y donde está la pizzería Finitezza, La Sanguchería Vitacura es de los mismos dueños del sushi Sushiban y de la hamburguesería gringa “Jimmy’s” (puaj!).
Había venido un par de veces y, por lo general, no me había gustado mucho. Como que la fachada del lugar es increíble, se nota que le pusieron empeño en la decoración. Y la carta se lee muy buena también. Pero en la ejecución gastronómica como que no lograban ser lo que prometían.
Una vez me tocó venir con un reconocido crítico gastronómico, y tampoco le había gustado. Igual que a varios amigos. Pero también tenía otros que le encantaba. De hecho, esta vez me encontré con un amigo del colegio, Benjamín Escobar, y me dijo que es unos de sus restaurantes que no falla.
Les dejo su Facebook y su sitio web.
La carta de sándwiches y hamburguesas
Ofrecen 11 hamburguesas y ocho sándwiches. De las primeras, hay dos que me tincaron mucho. Una por sabor, la otra porque me huele a desafío.
La que me tincó mucho es la “Cranberry’s Burger”. Tiene hamburguesa, queso Cheddar, lechuga, cebolla caramelizada, aros de cebolla, queso crema y una salsa de cranberries. En el papel, se parece harto a la “Maestra Sexy” de La Maestranza, también en Vitacura. Y es que el queso crema con las salsas dulces son mejores amigos. Ya lo he dicho en otras oportunidades. A la próxima la pido.
La otra llamativa es la “Burger Massacre”. Debe estar inspirada casi que en el programa gringo “Man vs Food”. Anote y sorpréndase con este tremendo desafío. Doble hamburguesa, doble queso Cheddar, pechuga de pollo, lechuga, tomate, tocino, huevo frito, aros de cebolla, papas hilo, salsa BBQ, y mayonesa sanguchera. Todo, por $10.900.
De los sándwiches, hay uno de lomo saltado, otro de salmón ahumado, y el mío, que era de Merluza Austral apanada. Les diría que son los tres que se leen mejor.
El sándwich de pescado frito
El pan era demasiado grande para el relleno que traía. Es decir, muchos de los mordiscos eran puro pan. Solución uno: ahicar el pan. Solución dos, ponerle más relleno. Me inclino por la segunda.
Además, y no es que sea malo, esta marraqueta se escapa del típico pan batido de Perú. Dado que es una sanguchería con inspiración peruana, en nuestro país vecino el pan batido es muchísimo más chico. Por lo mismo, en las sanguchería de Lima por ejemplo, sirven dos porciones de sándwiches. Son mini marraquetas, al contrario de acá que era una gigante. Fuera del tamaño, era bien blanda y esponjosa. Se parece mucho a la marraqueta que usan para hacer el Pepito español.
El apanado de la merluza era sabroso, cosa que no es tan fácil de encontrar. Bien ahí.
No sé si el pescado era el más fresco, pero en conjunto con el batido que le dieron, era sabroso. Me recordó muchísimo a las merluzas apanadas que comíamos en unos restaurantes en San Antonio, V Región, en los paseos familiares.
Lo mejor, por lejos, era el toque dulce de la mermelada de ají verde. Definitivamente este tipo de sándwich se lleva muy pero muy bien con los sabores dulces. Me dan ganas de contárselo a todas las sangucherías que tienen sándwiches de pescado.
El último punto, es que falta sal. Mucha sal. Podría decirles que en el 97% de los platos que pruebo, nunca le agrego. Pero aquí era necesario.
Mi favorita, Austral Calafate. Aunque a posteriori creo que pegaba más con una Austral Lager
En resumen
Es un restaurante de altos y bajos. Tengo amigos que les encanta, y otros amigos que lo detestan.
La inspiración de comida peruana que resaltaba en sus inicios, ahora no es tan visible, salvo uno que otro plato. Pero el ambiente no se respira como peruano.
Un punto muy alto fueron las papas fritas a la pimienta que acompañan los sándwiches. Exquisitas. Pero no hay mucho más después de eso. Es un buen sándwich, pero que se te olvida rápido. Lo que sí pasará a la historia, es su tremenda mermelada de ají verde. Notable. ¡Úsenla en más sándwiches señores!
