La mayo chipotle entrega el sabor ahumado característico. Suave eso sí, pero rico. Lo mejor, por lejos, era el sloppy joe. Básicamente, carne molida bien salseada. Aunque acá era mucho más una pasta que un pino. Picantito.
Muy bueno. Lo único malo era que venía poco. ¿Quizás para controlar el picante? Porque siempre he dicho que si tienes una #burgerpicante en carta, tiene que picar pue! A los que no les gusta, que elijan otras opciones. Sigamos. Los aros no eran aros propiamente tal. Más bien era cebolla crispy. No tan crocante, pero con un apanado ligero y un batido condimentado. Perfect.
Y estos mini lazos de cebolla crispy venían como insertos en la mayo. La raja la mezcla. ¡Hasta la lechuga y el tomate andaban bien! Y ojo, la hamburguesa era buena. Solo que no destaca. Harto jugo, pero con la misma textura de las hamburguesas de supermercado. Como medio prensada y un poco fluffy. Sin la característica costra hamburguesera que tanto me gusta, ni menos del grano casero tan bueno. El pan venía tostado a la plancha, y todo tenía un singular olor a parrilla. Bien. Un detalle enano que eché de menos: salsita en la base del pan. Vaaaamos que es un básico igual o no?
¿Vale la pena probarla? Obvio que sí. Sería mi primera parada si vuelvo a #TelAviv? No lo creo.