Amo los baos. Pero no estos.
SÁNDWICH N°602: hace unos años leí en un importante diario norteamericano que los baos o “Gua Bao”, esos bollos chinos/taiwaneses al vapor, eran los mejores panes del mundo. Y lo entiendo, porque es cierto que hay un antes y un después una vez que pruebas esa dulce esponjoseidad maravillosa. Yo los amo. Pero lo malo es que es bastante difícil encontrar uno perfecto. Se secan rápido, por lo que la frescura es uno de los puntos más importantes. El formato clásico son unas masitas pequeñas abiertas solo a la mitad, aunque hay restaurantes que innovan y lo amoldan como si fuese un pan regular de hamburguesa. En el papel, mi tipo de bao favorito, porque así puedes ponerle más rellenos sin que se te caiga todo, y es más fácil probar todo en un solo mordisco. Por eso cuando vi que en @BaoGoBrussels tenían este formato, interrumpí todo para ir a probarlo. Pedí el “Panko Chicken Bao”, que tiene pechuga de pollo frita con un coleslaw asiático, cebolla morada encurtida, cilantro y mayonesa a la sriracha. Eso sí, cambié la pechuga por muslo. Obvio.
Acá los puntos más altos fueron la salsa picante que estaba espectacular… y eso no más jaja. No pero ahora en serio. El pollo estaba rico, pero quizás un poquiiito sobrecocido, por lo que no tenía tantos jugos como otros que he probado en el último tiempo. Y la fritura no estaba tan crocante. ¿Soy el único que piensa que los batidos de las frituras TIENEN que ser muy crocantes? Si no lo son, para mi pierden un poco el sentido. El “slaw” estaba normal. Tenía algunos verdes y aliños asiáticos, pero se puede jugar mucho más.
Pero lo que definitivamente impidió que este sándwich alcance las 3 narices de “rico”, fue que el bao tenía demasiada miga compacta. No se sentía blandito como tiene que ser. La miga era como un pretzel grueso y hecho ayer. Y así no se puede. Si van a trabajar con baos, siento que HAY que hacerlos a la minuta. Si no, hay que buscar otro pan que aguante más.
