Patagonia Fuente Austral, Quilicura

viernes 20 de abril

Patagonia Fuente Austral – Easton Outlet Mall

Después de haber ido a la picada “Querricura”, un clásico de la comuna, quedé con ganas de probar algo más por la zona. Así que comencé a googlear a ver con qué me encontraba. De esa forma llegué a que en el Easton Outlet Mall había un lugar llamado Patagonia Fuente Austral que pintaba bien. No soy fan de comer dentro de un mall, pero tenía combinaciones que salían de los clásicos lucos, italianos y chacareros (aunque también los ofrece) por lo que le quise dar una oportunidad. Lamentablemente, se la farrearon. Y fuerte.

El restaurante Patagonia Fuente Austral

Primero que todo, aludo al título: si la Patagonia fuese una persona viva, probablemente estaría llorando, y si estuviese muerta, estaría revolcándose en su tumba. Porque de patagónico, nada. Es más un dining americano, que tiene las típicas características de un restorán ubicado en un centro comercial: malos olores, mucho ruido (con mala música) y televisores prendidos con programas deportivos. Tal como uno se imagina la zona austral de nuestro país, ¿cierto?
Pero lo malo no se detiene en el ambiente, sino que la “limonada – albahaca” que pedimos, de verdad que me dio pena. No es de mala onda, pero pensé que iba a recibir un jugo de verdad, pero la albahaca era de esas prensadas que venden en sobres en los supermercados y el limón me huele a que está más cerca de ser un sucedáneo o derechamente un juguito en polvo. Mal.

El servicio en Patagonia Fuente Austral

Independientemente de todo, les prometo que le tenía fe al sánguche. ¿Por qué no? Al menos en las fotos se veían bien. Pero mis creencias se fueron al basurero. Partamos. Nos llegó algo que no pedimos porque se habían confundido de mesa, por lo que tuvimos que explicarle a los de la mesa del lado que devolvieran esa papita frita que tenían entre sus dedos, pues nos pertenecía. ¡Plop! Pero errores como esos nos pasan a todos. No hay que ponerle tanto color (y por suerte no habían mordido mi sandwich!! Si hubiese sido así, les apuesto a que me lo ponían así tal cual en vez de devolverlo a la cocina jaja). Hasta aquí, juro que mi fe aun estaba intacta. Quería probar ese sabor “patagónico”.

El sándwich de mechada de Patagonia Fuente Austral

Cuando por fin tuve al “Bucalemu” frente a mi (que también lo puedes pedir en churrasco o lomo, pero me decidí por la mechada para variar un poco), tengo que decir que se veía bastante bien. Pero se quedó ahí. Solo se veía bien. La carne seca, insípida y lejos de la enjundia de la clásica preparación chilena. Incluso estaba semi grasosa. Mala. Después me instalé a observer la cocina, que está a la vista de todos, y descubrí que la mechada simplemente la recalientan en la plancha. Nada de aliños, solo un golpe de calor. Ya viene cocinada quién sabe hace cuánto tiempo.
El resto de los ingredientes, casi ni aparecían. No por la cantidad, sino que por el inexistente sabor. Mi paladar nunca supo que venían champiñones, y parece que lo caramelizado de la cebolla era un decir. Los berros fueron lo peor, porque tenían un sabor plástico que me hizo sacarlos del plato. De hecho, les confieso que quebré unas de mis máximas sangucheras: le puse mostaza (harta), e incluso ketchup, del cual no soy fanático, pero necesitaba tapar con algo el mal sabor de ese “Bucalemu”.

Conclusión sobre Patagonia Fuente Austral

Para las únicas cosas que me sirvió esta visita al Easton Outlet, fue para corroborar primero mi prejuicio sobre los locales en los malls (lo séééééé, deben haber excepciones por ahí) y segundo para eliminar mi miedo sobre ser crítico de sánguches: me gustan tanto, que antes de comenzar con “365 Sánguchez” pensé que nunca iba a encontrar sándwiches malos. ¡Pero me equivoque! Jajaja este local me recordó que sí es posible comer mal. Y pucha que es fome cuando pasa.

SÁNGUCHE:

BUCALEMU

NOTA:

Local:

Patagonia Fuente Austral

Precio:

$5.900

Dirección:

Easton Outlet Mall, Av. Eduardo Frei Montalva 9709, local 914, Quilicura

Ingredientes:

Mechada, champiñones salteados, tomate, rúcula, berros y cebolla caramelizada.

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