Casa Cousiño, Santiago Centro

Con mi partner de infancia, José Tomás Larrañaga (eximio jugador de naciones), fuimos a la calle Huérfanos a conocer una nueva sanguchería que estaba haciendo ruido en redes sociales por sus panes colorinches y sus sándwiches de múltiples sabores. Al entrar, nos entretuvimos un rato jugando a unos flippers que tienen (arcade). La casa es la raja. Bien antigua, con una fachada increíble. Adentro, 3 comedores chiquititos, donde uno tiene un gran mural que pueden ver en la foto. Primero probamos el sándwich de lomo saltado. 2 narices. Era piola. Es que, en pocas palabras, no tenía sabor a lomo saltado. Después llegó mi plato, que era la hamburguesa de la casa. Los puntos altos, eran primero que todo, lo jugado de la propuesta. O sea, papaya, queso de cabra, salsa de queso azul… Ahí sí que tienes atrevimiento. Y les juro que estaban todos muy bien balanceados. El cabra pasaba piolita. Era suave. Lo mismo con la salsa. Y la papaya le daba el toque dulce justo. La burger misma estaba bien, pero nada especial. Le faltó textura. No era granulada, sino más bien amalgamada. Como casi una pasta compacta. Y entre tanto ingrediente, se perdía un poco el sabor. Creo que era un poco chica. Pero bien. No excelente, pero bien.