Les quiero contar que este es el sándwich al que le tengo más cariño. Es la sanguchería favorita de mi viejo, el Hush (@sanchezarriagadajaime). Él fue quien desde chico me motivó a atreverme con los sabores, a ser cariñoso con las cantidades y a elegir las mejores materias primas. Por eso, desde el día 1 que partí este proyecto, él me decía que me iba a llevar al Ciro’s de calle Bandera. Me hablaba del famoso “pierna mayo”, y del reconocido caldito “tronco”. También del ya legendario maestro parrillero “Castrito”, que lleva toda una vida manejando las carnes de cerdo como nadie más lo hace en la ciudad. Y como me quedan pocos días para terminar @365sanguchez, fui a su oficina, y sin siquiera saludarlo, le pregunté: “¿Su pierna mayo?”. En 20 minutos ya estábamos de pie en la barra. Él, con una sonrisa enorme dibujada en su redonda y rojiza cara. De orgullo. De honor que su hijo siga su legado sanguchero. Yo, ansioso. Como niño antes de abrir un regalo de Navidad, veía boquiabierto el gran manejo de Castrito, que al son de sus amables garzones, sacaba distintas comandas con unas facilidad increíble. Y cuando tuve mi pierna mayo frente a mi, lo honré con la mirada. De pequeño tamaño, se hacía fácil tomarlo con las manos y devorarlo en pocos minutos. Una marraqueta sin crocancia pero sí esponjosita. Una mayonesa casera, líquida como pocas. Exquisita. Y la pierna de cerdo, mágica. Blandita. Sin la necesidad de pelear con la carne para cortarla, sino que estaba hecha solo para disfrutar. Enjundiosa. Jugosa. Sabrosa. Mostrando toda la experiencia de Castrito. Un sándwich simple, como los que le gustan al Hush, pero muy, muuuy bien hecho. Larga vida al Ciro’s. Larga vida al Hush.
Pd: el caldito “tronco” es un manjar de los dioses. Harto vino tinto, trozos de pierna de cerdo con huevo y ají verde, y mucho caldito. El mejor levantamuertos del mundo