ASÍ SE HACE UN BUEN POLLO FRITO! 🍗🍔
SÁNDWICH N°548: terminando mi visita por Lisboa, quise probar algo distinto. Así que vagando por Instagram, me encontré con unos sándwiches de pollo frito bien hipster que llamaron mi atención, y partí. No tenía referencias, pero al analizar las fotos se notaba que cada hamburguesa salía con cariño. Y eso, al final, se traduce en sabor.
El local efectivamente es bien taquilla, con harto neón, música tipo de Brooklyn y una carta pequeña pero entretenida. Me dieron ganas de probar TODO, incluida una hamburguesa de pollo frito en medio de dos waffles 🥞🍗🥞. Pero haciéndole caso al mesero, pedí la “The Hot N’ Honey” con un crocante pollo frito, coleslaw, jalapeño y pepinillos en un pan brioche. No salía en la carta, pero también venía con una salsa de miel picante (igual se puede deducir del nombre). Y acá voy a ser súper sincero: con unos pequeños ajustes, tendríamos un 5 narices que sería, probablemente, el mejor sándwich de pollo que he probado en mi vida. ¿Lo mejor? El pan y el pollo. Ambos, perfectos. El pan era dulce, y esponjoso como una nube. De hecho, era bastante adictivo el solo hecho de presionarlo para ver cómo volvía a su forma original lentamente (buena “memoria” del pan). El pollo, ultra crocante y bien condimentado por fuera, y por dentro jugoso. Rico. Me encantó. Además, la salsa, bieeeen picante, igual le hacía cariños dulces a tu paladar gracias a la miel. Y venía calientita, lo que intensificaba la sensación. Al final era como un placer medio masoquista. Pero lo valía. ¿Qué se puede (y debe) arreglar? El coleslaw, que más bien era solamente repollo morado, lo haría con zanahoria y otras verduras e incluso frutas ralladas, y que sea mucho más cremoso. Eso, y poniendo un poco más gruesos los jalapeños, harían el mix perfecto.
Pro tip: no está en la carta, pero vayan en mi nombre y pidan la “Big Maf”. Admito que no alcancé a probarla, pero el chef me dijo que es solo para los que van dateados y, parece, es la mejor del restaurante.
