Diversidades del Perú, Ñuñoa

domingo 6 de mayo

Cuando el sabor no lo es todo

Diversidades del Perú

Cómo llegué

Hay algo que no entiendo. No sé si soy el único que le pasa esto, pero los domingos son los días que más salgo a comer. Bueno, ahora con este proyecto salgo de lunes a domingo, pero si salgo para comer algo que no sea un sándwich, por lo general es un domingo. ¡Y es el día que más cuesta encontrar un local abierto! ¿Hace sentido? No para mi… Bueno, la cosa es que como no encontraba nada, usé la aplicación Zomato y filtré por “sangucherías abiertas los domingos”, y al ver el extenso menú de “Diversidades del Perú”, no lo dudé y partí para allá.

El Local: Diversidades del Perú

Es un local enano, con 5 mesas, y con un popurrí de objetos de decoración que van desde antiguos afiches alusivos a su ex nombre (“Don Pizza”), hasta algunas telas e imágenes turísticas de Perú. Como pueden ver en las fotos, no es muy acogedor, pero soy fanático de la comida peruana así que me senté de lo más feliz.

 

La Carta

Desconfío cuando veo restaurantes que venden una mezcla de platos de muy distintas técnicas. Los típicos locales que ofrecen sushi, hamburguesas y pizzas, me advierten que no puede ser bueno en todo. Bueno, aquí podría pasar algo similar, porque tienen 25 variedades entre sándwiches y hamburguesas, varias pizzas, platos tradicionales peruanos como el Ají de Gallina, el ceviche y el tallarín saltado y un par de entradas. Pero aún así, lo que probé era bastante sabroso. ¿Entonces por qué le puse solo tres narices de chancho? Bueno, les cuento.

Primero que todo, pedí una hamburguesa “A lo pobre burger”, que tenía plátano frito, huevo frito, sarza criolla, camote y salsas, pero me llevé la desilusión de que no tenían hamburguesas. ¿Hay algo peor que excitarte con un plato y que no haya? No lo creo.

 

 

Carta de sándwiches

La comida: Ceviche

Fui con mi amigo personal Sebastián Rubio, así que para que no se comiera todo mi sándwich (es el típico amigo que no pide nada “porque no tiene hambre”, pero cuando llega mi plato se lo hace chupete… ¡no debería existir gente así! jajaj), pedimos un ceviche para comenzar. Como pueden ver en la foto, es de buen tamaño y aspecto. El camote y el choclo peruano venían calientitos, y el pescado fresco y muy bien sazonado, tal como la clásica preparación de ese país. De verdad, un MUY buen ceviche. La salsita estaba TAN rica, que hasta nos comimos las lechugas que vienen de decoración, como excusa para untarlas con ella.

Ceviche atómico

Mientras esperábamos el Sándwich Acevichado, sonaba de fondo “Caballito de palo”. Bueno, en verdad esto no importa nada pero no pude evitar acordarme de ese famoso video de Youtube jajaj.

La comida: Sándwich Acevichado

Cuando llegó el sánguche, nuestra primera impresión fue “WOW”. ¡Es enorme! Admito que sonreía solo, porque les prometo que el solo mirar ese plato me hacía feliz. ¡Así deberían ser presentados todos los sándwiches! Como buen gordo lechón, estos sánguches gigantes siempre son un punto alto del día.

Ahora entro a explicarles la paradoja que viví probando esto. El Ying y el Yang que encontré. Y desde ya les adelanto que ha sido de los sándwiches que más me ha costado criticar. Porque les prometo que era muy sabroso, ¡me encantó! Pero hay algo que va más allá del sabor, como la técnica de preparación y la materia prima. Y es ahí donde la maravilla que vemos aquí en la foto se empieza a caer.

Primero que todo: ingredientes no indicados en la carta. ¿El más raro? Arroz. Sí, arroz. Cuando se lo comenté a la chiquilla que atendía, no lo podía creer. Me decía que estaba equivocado. Que no podía ser. “Es harina”, fue su primer intento. “Debe haber sido la salsa”, siguió. Pero no, era arroz, y por suerte había subido un video a mi Snapchat @SanchezPipe. Ojo que no es que haya sido un mal experimento, solo que era un error porque el sándwich original no incluía arroz.

Sigamos. Gran parte de la conversación que tuvimos con Sebastián, era sobre si lo que comíamos era pescado o pollo. Cuando uno duda, significa que algo no anda bien. Y es que podría apostar que los chicharrones eran recalentados. Se notaba en su consistencia. Eran medios chiclosos. Como cuando vas al McDonald’s y te sobran un par de nuggets que te los comes en el bajón o fríos al desayuno (clave). Cuando pregunté, me aseguraron que era reineta (a dudar!). Independientemente de todo esto, eran sabrosos y las maravillosas salsas realzaban aún más el sánguche completo.

Otra cosa que ya me ha tocado mencionar en críticas anteriores, es que el pan venía sin tostar. ¡Qué les cuesta! Es un detalle tan importante en un sándwich, que me cuesta entender que siga pasando. Con un buen pan y una buena mayo/salsa tienes, como diría Camila Gallardo, “más de la mitad” de la pega hecha. Pero no. Se cayeron.

Uno de los sabores que más destacaba era el limón. Acá uno podría argumentar que hay gente a los que le gusta y otros que no, pero cuando prevalece por sobre la proteína (¿pollo o pescado?) es que no está bien hecho el montaje.

En resumen

Difícil. Igual era rico. Además, gigante. Imposible quedar con hambre. Por todo esto, le pongo tres narices de chancho sin dudar. Quizás para críticos más refinados, el “accidente del arroz” resta más puntos que cualquier otra cosa, pero yo me guío más por el sabor y la relación precio-calidad. Si vienen, mejor quédense con el ceviche. Y si insisten en el sándwich, mejor pídanle al chef que no le ponga arroz.

SÁNGUCHE:

Acevichado

NOTA:

Local:

Diversidades del Perú

Precio:

$4.500

Dirección:

Campo de Deportes 24, Ñuñoa

Ingredientes:

Chicharrón de pescado y mariscos, camote frito, sarza criolla y salsa acevichada

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