¡Esto sí es un Falafel señores!
Restaurante Zaatar, comida árabe
Cómo llegué
Como saben, en general tengo dos horas para almorzar. Por lo mismo, aprovecho de irme lo más lejos posible del canal. Pero hoy tenía como 30 minutos, así que tuve que recurrir al consejo de varios que trabajan en TVN para que me recomendaran algún lugar rico que sea muy cercano y que venda sánguches. Así fue que me recomendaron que fuera al frente de Canal 13, al Zaatar a comerme un shawarma. La Emilia (@EmiliaDaiber), que ya había almorzado, me acompañó por la buena onda.
El restaurante Zaatar
Queda justo al frente de Canal 13, en la esquina de Alcalde Dávalos con Monitor Araucano. Por fuera parece un mini mini local, pero una vez adentro te sorprendes al ver que tienen tres ambientes con varias mesas. Además, al nivel de la calle tienen 3 o 4 mesitas para aprovechar el sol primaveral. Para alivianar la espera, te traen pan pita con aceite de oliva para untar, y un polvito que se llama justamente “Zaatar”. Es un condimento árabe muy típico de sésamo, tomillo y zumaque. Sirve para ir probando cosas nuevas y probar comida árabe de verdad
De hecho, ellos mismos dicen que son un restaurante de comida árabe callejera, con un toque gourmet. Y creo que se nota.
La carta de shawarmas
Venden solo comida árabe. Para compartir están las clásicas y siempre bien ponderadas hojitas de parra, también tienen humus, y los clásicos platos árabes que uno conoce. En otro apartado, ofrecen tres ensaladas. Y yéndonos a lo que nos convoca, hay cinco tipos distintos de shawarmas. De ellos. tres son vegetarianos (es decir, con la opción de que cambies la carne o el pollo por Falafel). Admito que entre las opciones no cambian muchos los ingredientes. En ese sentido, tuve un poco de lata y pedí medio a regañadientes el Falafel Shawarma. Antes sé que ofrecían un Shawarma de lomo vetado, pero por algún motivo lo descontinuaron.
Cuando pidas, puedes elegir una de las siguientes siete salsas: al ajo, Sriracha Hot, cilantro, Tzatziki, merquén, Tahine o yogurt. Había elegido la de Sriracha Hot (porque me había encantado la mayonesa que probé en el Varanasi con eso), pero la mesera me recomendó cambiarla por “yogur-merkén”. Y pucha que le achuntó! Les cuento.
El Falafel Shawarma
Te lo traen envuelto en un papel tipo kraft, para evitar la chorrera nivel Dios por las salsas que les ponen. Antes de tomarlo, admito que pensé “voy a tener que comerme como cuatro de estos” (les prometo que se veía muy chico!!), y además no se veía tan rico. La Emilia, que le encanta la comida vegetariana, lo miró hasta con cara de desaprobación. Hasta aquí, debo decir que parecíamos dos viejos amargados. Todo lo encontrábamos malo jajaj. Pero ese sentimiento cambió con el primer mordisco.
¡Qué rico es el Shawarma Falafel del Zaatar!! De verdad. Primero que todo, logran que la croqueta de garbanzos no sea seca. Milagro de cocina, porque casi siempre me tocan croquetas pasadas. Además, al morder la croqueta me encontré con que le ponen perejil y cilantro adentro, haciendo mucho más sabrosa la mezcla.
El toque final lo daba la salsa. Amalgamaba todos los sabores en un menjunje exquisito. Y el picor, te quedaba un par de minutos, pero nunca al nivel que necesites tomar líquido todo el tiempo ni sacar la lengua como perro. No. Era un pico intenso mientras tienes el Shawarma en la boca, pero tenue una vez que tragaste. Hasta me gustó quedarme con ese gustito unos minutos, incluso después de haberme ido. Riiiico.
Tarea para la casa
Eso sí, le tengo tarea para la casa al Zaatar. Anoten. Los últimos pedazos, ahí donde se concentra la mezcla de todos los ingredientes y se acumula el juguito más abundante de la salsa de merquén y yogurt, eran mágicos. Milagrosos. Orgasmos gastronómicos. Así que los reto a que tienen que lograr esa misma experiencia, ese mismo ensamblaje de sabores, en todo el proceso. No creo que sea difícil, pero les aseguro que les irá aún mejor si lo hacen. Esa salsa merece un sitial especial en el Museo Nacional de las Salsas Sangucheras. Y lo mejor de todo es que es tan simple!
En resumen
No se dejen llevar por las apariencias. Al principio puede pasar piola, pero este local sorprende. Y no lo digo solamente yo. La Emilia, viendo que yo parecía energúmeno al devorarme en solo segundos todo el Shawarma, me robó un pedazo y quedó loca. Me juró volver pronto a comerse uno solo para ella. Además, todos a quienes les pregunté, tanto en el trabajo como en las redes sociales, concuerdan que es un lugar donde se cocina muy bien la comida árabe. Me costó decidirme si ponerle cuatro o cinco narices de chancho. De hecho, por precio, creo que se merecen las cinco. Un sabor (vegetariano) tan rico y barato, es difícil de encontrar. Pero les pongo cuatro para que la próxima vez se la jueguen con la salsa y alcancen el cielo (o el Yanna, mejor).
Yo quedé chocho, y nuevamente un sándwich árabe me hace repensar mi opinión sobre ellos. Gracias Zaatar por existir y por ofrecer esa mezcla del Falafel con la salsa de merquén, porque me muestras un camino poco explorado. Un camino nuevo, pero luminoso. El camino de los mejores sándwiches vegetarianos de Chile.
1 comentario en “Zaatar, Providencia”
Hola no conocen el club de tomy en la florida ?
Es un pequeño local ubicado en Vicente Valdés 825
Preparan los sándwiches en el momento nada propiciado
Todo recién hecho y lo mejor
No tienen afiches usan carta
Es pequeñito pero muy Gourmet
Además sus sándwich son gigantes sus hamburguesas solo carne
Y todo es de primera
Los mejores el griego y el newyork
Esos si son sándwich.habren solo en las tardes todos los días
No se arrepentirán