Herencia Chilena, Providencia

martes 1 de mayo

Sanguchería Herencia Chilena

Cómo llegué

Aquí nuevamente se metió el destino. Ayer, en un carrete, me topé con José Battle, amigo del colegio. Y lo primero que dijo al verme, fue: “compadre, te tengo una sanguchería”. Lo divertido es que para que él recomiende un lugar, tiene que pasar por un filtro bastante particular: tiene que haber ido tres veces, pidiendo tres cosas distintas, y en todas tiene que ser espectacular. Solo ahí se atreve a a aconsejar a los amigos que vayan. Y con esta sanguchería llamada Herencia Chilena Providencia, le pasó. Me comentó que ha ido como seis o siete veces, y siempre ha sido increíble.

Pero esto no termina aquí. Porque en la mañana me llegó un Whatsapp de Andrés Herrera, diciéndome que me invitaba a almorzar a un local cerca de su pega donde venden “los mejores sánguches que ha probado”.Adivinen qué restaurante era. Sí. Tal cual. Herencia Chilena Providencia. Así que acepté su invitación y nos juntamos con otro amigo, Ignacio Burrull, que también trabaja por ahí. A ver si tanta sugerencia era verdad.

La sanguchería Herencia Chilena Providencia

Ubicada en Nueva Providencia casi con Los Leones, tiene un par de mesas en la vereda con unos quitasoles. Pero aquí, como nunca lo he hecho, recomiendo comer adentro. Es que afuera pasa demasiada gente, y adentro es donde ocurre toda la magia. Ahí puedes ver el estilo de la Herencia Chilena. Se ve como un restaurante muy pituco, casi como uno de esos clubes de viejos que se juntan a jugar bridge. El local tiene harta madera, y unos toques de un material que copia al mármol (jaja es uno muy típico pero se me olvidó el nombre). Además, la barra es como de las fuentes de soda antiguas,  y tiene su máquina schopera a la vista. Es muy característica, porque es de color cobre y aparenta ser una especie de cañería. Ahí ofrecen ocho variedades de schop artesanal, todas muy ricas y sofisticadas. Vale la pena degustar un par para así probar algo distinto.

El dueño está en la caja, y varias veces se acerca a conversar. Sabe harto de cocina, así que pregunten no más.

La carta de sándwiches

Es muy innovadora. Ofrecen 15 sánguches, y todos ellos tienen algún twist. Por ejemplo, está “Las Delicias”, que es un sándwich de plateada cocinada con cerveza negra, y le ponen una trilogía de quesos además de champiñones salteados y un confitado de tomates al orégano. Wow. Hay otro de mechada que tiene un toque de mango fileteado, o también uno de malaya que me tincó harto. Como les dije, las proteínas son variadas, así que no hay cómo aburrirse de venir. Siempre puedes pedir algo distinto. A los que les describí, súmenle sándwiches de pernil, de costillar de cerdo o de arrollado. También tienen dos hamburguesas caseras.

El que yo me pedí se llama “Huelén” y es de costillar de cerdo al merkén, braseado y desmenuzado con cebollas caramelizadas, con tomates confitados al orégano y fonduta de quesos, montado en un exquisito pan amasado especial, que se los hace la famosa Rosa Chica.

El sándwich de Costillar de Cerdo

Se las hago corta: una maravilla. De los panes amasados que me he pedido en estos 51 días de 365 Sánguchez, es lejos el “menos seco”. Esto, entendiendo que en general el amasado es bien “migoso” y menos crujiente que una marraqueta por ejemplo. Pero este estaba bien rico.

Lo mejor para mi, fue la cebolla caramelizada. Lo curioso es que no tenía ese tono café característico, sino que era bien blanco. Incluso, parecía chucrut. Pero no lo era. Y tenía un dulzor perfecto. Le pregunté al dueño cuál era el truco, y me dijo: “nada”. Lo hace igual que todos nosotros, pero a fuego lento y solo le da un toque de azúcar, además de preocuparse de no dejarlo mucho rato. Sigue siendo un misterio para mi el cómo logró esa consistencia junto con ese color. Magia culinaria.

El cerdo, exquisito. Muy bien marinado, como me gusta, pero sin que el aliño sea más protagonista que el cerdo mismo. De hecho, el chancho era bastante fuerte y se hacía presente. Bien.

El queso, suave (a pesar de incluir Gruyere). Y los tomates por suerte no eran tan dulces para que no sea hostigante junto a la cebolla. Solo tenía un suave dejo dulce. Bien.

¿Un extra? Las papas rústicas al romero que hacen al horno. Uuuuy, me encantaron!! Mucho más que las clásicas papas fritas. Ex-qui-si-tas. Hasta me comí las del Petizo y las de Nacho jajaj, untadas con esa salsita que viene que es una mezcla de mayonesa y bbq. WENAS!!

La crítica del invitado: Ignacio Burrull y Andrés Herrera

Ignacio Burrull: “Me pedí el sánguche “Las Delicias”. La plateada era rica y suave, y la cerveza negra le daba un toque amargo muy bueno”.

Andrés “Petizo” Herrera: “Por algo te recomendé este lugar. Es la cagá. Siempre pido cosas distintas y son todos buenas. Es como mi lugar para impresionar a los que invito jajaj. Sobre mi sándwich, me pedí el Lastarria. Como en todo barrio, contamos con un entorno de lomo de cerdo al orégano, destacando la típica cebolla caramelizada. Ésta, junto con la compañía de la mantequilla bañando al mar de champiñones salteados, le dan al churrasco aquel toque bohemio que destaca el Barrio Lastarria. Un poco más arriba, a la altura del mirador del cerro Santa Lucía, ya encontramos un poco de pesto mediterráneo, que junto con las hojas de rúcula y el fresco pan amasado, terminan de construir el techo de este gran sándwich en Herencia Chilena”.

 

En resumen

Tremendo descubrimiento. Solo probé el mío, pero súmenle lo que dicen José, Ignacio y  el Petizo, y de verdad no hay dónde perderse. De que es rico, lo es. Y mucho.

Me encantó el concepto de que se ven pirulos, pero se come como fuente de soda. Aunque con un toque gourmet. Y se nota tanto en los sándwiches, como también en las cervezas. Me pedí una Pale Ale que ni les cuento. Muuuy rica. 

Dan ganas de volver. Y le pongo cinco narices de chancho feliz de la vida, con ganas de repetir la visita y de aprovechar de probar varios distintos. Porque oferta hay. Y hambre también.

SÁNGUCHE:

HUELÉN

NOTA:

Local:

Herencia Chilena

Precio:

$6.900

Dirección:

Av.Providencia 2433, Providencia, Santiago

Ingredientes:

Costillar de cerdo al merkén, braseado y desmenuzado con cebollas caramelizadas, con tomates confitados al orégano y fonduta de quesos, montado en un exquisito pan amasado especial.

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