Jimmys Las Condes

Cómo llegué

Mi hermano Jaime Sánchez (@JSanchezB), vive muy cerca del Alto Las Condes. Lo fui a ver junto con Sergio Lagos (@SergioLagosh), y nos pusimos a tocar guitarra. De repente, mi guata comienza a sonar y me alerta que necesitaba el sándwich de hoy. La lata, es que era muy tarde. Por suerte, Jaime ha estado en esta situación antes, y nos recomendó ir al Jimmys Las Condes, porque abre de lunes a domingo hasta las 00:00. Alcanzábamos perfecto. Cuando llegamos, habían varios grupos, por lo que me imagino que es un buen spot para recibir a los que andan con hambre a altas horas de la noche.

El restaurante Jimmys Las Condes

Ubicado detrás del Alto Las Condes, donde antes estaba el Blockbuster (qué nostalgia, ¿no?), Jimmys Las Condes es un dining americano como el Ruby Tuesday, el Friday’s o cualquiera de esa especie. Mismas butacas rojas para sentarse, algunos artículos deportivos colgando en las paredes, y televisores para ver eventos deportivos. Bien gringo. Por lo mismo, no es extraño ver a familias completas ahí.

La carta de hamburguesas

Ofrecen ocho hamburguesas y también tienen dos sándwiches de pollo (no hay opción vegetariana). Todos con hartos ingredientes, tal y como nos imaginamos la comida norteamericana. Cualquiera sea tu elección, viene acompañado con papas fritas, y en un pan enmantequillado y con semillas de sésamo.

En la carta puedes encontrar una hamburguesa mexicana con guacamole y jalapeño; la mítica “Doble” con dos hamburguesas y también dos tipos de quesos; una con huevo frito y Cheddar; y la que más me llamó atención: la Jimmys Black & Blue Burger. Tiene salsa BBQ, trozos de queso azul, queso Cheddar, tiritas de tocino crispy, onion rings, lechuga, tomate, pepinillos y cebolla en aros. Todo, por $7.690.

La Black & Blue Burger

Bonita. Apenas te llega a la mesa te dan ganas de olvidarte de todo y zamparle un mordisco gigantesco. Los aros de cebolla son enormes y sabrosos. Y el tocino, de los mejores que me han tocado hasta ahora. Al fin me dan uno crujiente y no chicloso, tal como se merece ser cocinado. Muy bueno.

Pero hasta ahí llegan las buenas noticias. Porque aunque se veía bien, les digo que no fue una buena hamburguesa.
La carne venía seca. ¡Por qué pasan estas cosas con tanta frecuencia! Y ni idea por qué en estos restaurantes gringos nunca te preguntan por el punto de la carne. ¿Será que las tienen casi que pre cocidas? Noooo, no creo. Sería muy flaite.

Bueno. La cosa sigue. El tomate, de los peores que he probado. Aguachento. Sin sal. Sin sabor. Con cáscara. Aguachento. 
El pan, decía en la carta que venía tostado pero era mentira. Además, tenía harta miga así que igual predominaba su sabor por sobre algunos ingredientes.
El queso azul era bien rico. Quizás en una salsa quedaría menos invasivo, pero no tengo qué alegar. Andaba bien.

En resumen

Al final, no quedé feliz con mi visita al Jimmys Las Condes. Súmenle que las papas fritas las encontré pésimas, así que me quedé hasta con ganas de ir a bajonear a otro lado. La idea que se me ocurrió, es que puede ser bastante inteligente venir y solo pedir una hamburguesa con ese tocino glorioso que les comenté. ¿Qué tal el tip? Si no, lo otro es derechamente no venir. Salva porque abre hasta “tarde”, pero si les sacas eso, y el tocino, y te quedas con muy poco. O con nada.