¡Viva Chile mierda!
Sanguchería La Obra Curicó
Cómo llegué
Hasta ahora, tengo dos muy amigos que se han entusiasmado MUCHO con 365 Sánguchez. Tanto, que todos los fines de semana me dicen que se motivan a viajar a regiones para probar sándwiches distintos. Por eso, partimos con Andrés Lagos (@alagoscc) y la Flo Dunnage (@flodunnage) a Curicó. Sí, el lugar conocido por sus increíbles viñas (como Aresti) y por las cecinas Soler. Eso sí, además de pasar a Soler por un lomito italiano, quisimos ver si habían otros sanguruchos dando vueltas por la zona que valieran la pena incluir en este proyecto. Fue así que después de un par de recomendaciones de ustedes en mi Instagram (@sanchezpipe), me lancé y fui a conocer la Sanguchería La Obra.
La sanguchería La Obra
Está ubicado en un Strip Center que se llama Puerta Oriente, y además del salón principal y su barra, tiene una terraza muy rica. Hace un mes que tienen patente de alcoholes, así que me imagino esa terraza como un muy buen spot para ir a tomarse un schop Austral bien helado en un día soleado. Adentro hay un par de frases pintadas en las paredes y unas ilustraciones de sus sánguches que ayudan a que te dé hambre antes de pedir.
La carta
Tienen tres platos para picar, y luego se pasan de lleno a los sánguches. Están los clásicos, puedes armar el tuyo, y también hay un apartado gourmet. De estos últimos, el que más me llamó la atención fue uno que era como un pastel de choclo en medio de una marraqueta. Tenía plateada, pastelera de choclo, huevo frito, cebolla rebosada y papas hilo. Bien chileno. El segundo que me pedí fue uno de entraña. Sí, de entraña!! Qué corte más rico por la cresta.
El sándwich de plateada
Marraqueta blanda y crocante. Pero por sobre todo, y muy importante, firme. Es clave eso porque tenía tanto de cada ingrediente, que pensé que sería imposible de comer. Pero el pan aguantó. Bien.
La plateada estaba desmenuzada y muy blandita. Se nota que la cocinaron por varias horas para llegar a ese punto. De hecho, el chef me contó el proceso, y es todo un arte. Para que se hagan una idea, la maduran 30 días y luego se brasea cuatro horas. Terminan calentándola en los mismos jugos del braseado. Así se logra que sea “tan blanda que se corta con la mirada”, como me dijo jaja.
La pastelera cumplía el rol de una mayonesa o salsa, para hacer que todos los ingredientes se mezclaran perfectamente, además de darle una pastosidad curiosa pero rica. El huevo frito estaba en su punto, y me miraba constantemente, esperando a que reventara su gloriosa yema con una de las papas hilo (¿existe un mayor placer que reventar un huevito y untar una papa frita? El cielo en la tierra). Cinco narices de chancho sin dudar.
No sé cómo no se ha masificado más este sándwich. Sé que cada vez hay más restaurantes que lo hacen (como en José Ramón 277 en Lastraría), pero llevar un plato chileno tan típico y rico a un sánguche, de verdad que es una idea magistral. Sé que de a poco se irá posicionando más. ¿Y les digo algo? Atrévanse a pedirlo pero también a cocinarlo en sus casas. Van a quedar como chefs innovadores y todos los van a amar.
Foto con mi Xperia X
El sándwich de entraña
Con este sándwich tuve un grave problema. La entraña estaba tan pero TAN rica, que admito que el resto de los ingredientes le bajaba el pelo. Si le pusiera nota a la carne serían cinco narices de chancho sin dudarlo. Pero el conjunto se queda solo en tres narices. Es tan cierto lo que les comento, que los tres (la Flo, Andrés y yo) sacamos entraña con la mano y la comimos sola. Blanda y jugosísima, como tiene que ser.
En resumen
Es un tremendo descubrimiento. Creo que todavía no es muy conocido ni siquiera por los mismos curicanos, pero es cosa de tiempo. Se agradece que ofrezcan variedades gourmet y tan bien preparadas. El chef y dueño tiene amplia experiencia gastronómica en muy buenos restoranes de Santiago y se nota su mano. Les prometo que ahora planificaré otro viaje a Curicó solo para ir de nuevo, porque comer sánguches tan buenos te alegran el día. Y si es uno que combina sabores tan chilenos, mejor aún. ¡Viva Chile!