Sáquele la lengua
Las Lanzas – Lengua Italiana
Cómo llegué
Cuando estuve en la Escuela de Talentos de Canal 13, tuve la suerte de conocer a dos de mis grandes amigas: Bernardita Cruz y María Moncada. La última, española, volvía a su Madrid natal luego de dos años viviendo en Chile. Como despedida, decidimos ir a una picada en Ñuñoa que me habían recomendado. Cuando llegamos, no les tincó porque no vendían Pisco Sour (alcohólicas!! jajaj), así que cruzamos la calle y fuimos a Las Lanzas en Plaza Ñuñoa.
El local: Las Lanzas
Ubicado en la mismísima Plaza Ñuñoa, Las Lanzas es un restaurante español-chileno que viene siendo parte de la bohemia nacional desde 1964. Es conocido por sus Callos a la madrileña o su Pulpo a la gallega, y por albergar a varios borrachines que llegan a darse la torta un jueves o viernes después del trabajo.
Tiene una terraza amplia a nivel de calle. Adentro, una barra extensa y tres comedores, todos repletos de cuadros y afiches alusivos a España y sus equipos de fútbol, además de tener un “Muro de la Fama” con visitas ilustres.
La carta
Responde a una tradicional carta de Fuente de Soda con churrascos, lomitos y aves en italiano, chacarero o luco. Además, tiene un par de novedades como lo son la lengua italiana, un sándwich de merluza, de escalopa o de pernil.
El sándwich: Lengua italiana
La lengua venía pasada porque tenía puntos semi rostizados. Súmenle que estaba poco limpia, con bastante grasa. Lamentable, porque varios me habían comentado que la lengua aquí era una maravilla.
Como siempre me ha gustado con picante, le agregué salsa verde (un acierto ciento por ciento), y además me hice del mítico aliño de ají que estaba en la mesa para sumarle sabor. Estos dos ingredientes le sumaron muchísimo, pero aún así el sándwich estaba al debe.
La Berni fue más inteligente que yo y le achuntó pidiendo un sánguche de “Escalopa chilena” (tomate, escalopa, cebolla frita y mayonesa casera) que estaba para chuparse los dedos. Literalmente. Bien jugosito en su conjunto, y el apanado tenía un sabroso batido. Pídala.
Para acompañar los sándwiches, todos pedimos una Cerveza Austral Torres del Paine, aprovechando que tenían esta variedad que no se encuentra en muchos lugares. Además, las chiquillas pudieron saborear su ansiado Pisco Sour.
Más comida
En general me quedo con el comentario a los sándwiches, pero si pido algo MUY rico o MUY malo, vale la pena destacarlo. Aquí me pasó que nos llegaron las machas a la parmesana con menos cariño que hemos probado.Pésimas. Chicas. Poco queso y malo. Le hubiese puesto pimientita, un toque de vino blanco. Quizás un chorrito de crema. Uy, me dio hambre. Pero no se las pidan, de verdad que decepcionantes. Hasta las dejamos.
Miren esas pobres machas…
En resumen
La verdad, quedé con gusto a poco. Sé que es un buen local, de platos abundantes y a precio justo, pero no supieron traspasar todo el sabor de sus platos españoles y chilenos a este sándwich de lengua.
Vengan igual, porque hay que conocerlo como parte de la historia gastronómica chilena. Tómense una buena cerveza y pásenlo bien, quizás sin probar el sándwich de lengua, y listo. ¡Salud!