Este tremendo pollo merecía mejor compañía.
SÁNDWICH N°594: en mi tercer día en Dublín, y después de conocer a dos chilenos en el Free Walking Tour, nos fuimos a probar @MadEggDublin, un local especialista en pollo frito. Me gustó que noté mucha dedicación al detalle y pasión por la calidad. Trabajan con proveedores locales: el pan es una receta propia hecha por una familia de panaderos en su 3ra generación y las gallinas son libres y de un campesino local. Además, no llegan y fríen el pollo, sino que tienen todo un ritual. Lo dejan en salmuera de té por 48 horas, para luego hacerle doble cobertura de buttermilk + mix de especias propias con un toque picante. Estamos ante expertos en el tema y eso se valora.
Pedí el “Heartbreaker” con queso derretido, salsa casera picante y pepinillos, en un pan Amish (también conocido como pan de la amistad). Ese pan se supone que es bien dulce, pero acá estaba más suave. El pollo tengo que admitir que estaba muuuuuy pero muy tierno, aunque eché de menos una cobertura más crocante y más picante, porque se supone que lo era. Siento que, en buen chileno, “no se mojaron el potito”. Y bueno, teniendo un pollo tan bueno, siento que los acompañamientos no estaban a la altura. El queso era más bien una especie de salsa de queso, algo densa. El picante era muy suave y luego tienes los pepinillos… pero eché de menos un coleslaw, o jalapeños, tocino, o algunas verduras para refrescar y dar volumen… no sé. Siento que en general la carta se queda corta. A todos los #sandwiches les pondría dos ingredientes extra. Insisto que estaba rico, pero con ese pollo que tienen pueden hacer mucho más.
