Olé, La Reina

Hoy fui a ver Dunkerque en IMAX (la vieron? Les gustó?), y aproveché de ir por un sanguchito a la salida. Admito que no tenía muchas expectativas, porque había ido ya a las sangucherías buenas que estaban ahí, pero igual de los que quedaban, el “Olé” era el que más me tincaba. Entramos, y la carta se leía bastante buena. Pedí un clásico español: un Pepito. Eso sí, no era como los que conocía (de hecho, era nada que ver). Tenía carne de vacuno, cebolla, tomate, palta y lechuga. ¿Dónde quedó el famoso ajo del Pepito? Ni idea.

La carne estaba harto rica. Era como una plateada y venía en su salsa. Punto a favor. Pero… PERO!! En el penúltimo pedazo me tocó súper hiper mega dúper nerviosa. De hecho, tuve que sacarme el pedazo de la boca ?. Muy fome.

Y desde ahí, todo el resto mal mal mal. La cebolla estaba casi que anti-amortiguada… Sigo pasado después de varias horas!! Muy fuerte. Y acá fueron manos de guagua, porque tenía poco de todos los ingredientes. Creo que la palta la debo haber probado en uno o máximo dos mordiscos. Un pan malo, sin sabor, terminan de cerrar un sándwich para el olvido.

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