La invención del completo

El Portal Ex Bahamondes

Cómo llegué

Óscar, el concerje de mi edificio, al saber de 365 Sánguchez, me dio un dato clave: en el Portal Bahamondes, venden una “pizza-churrasco”. Es decir, sobre una masa pizzera, le ponen churrasco, tomate, palta y mayonesa. WOW. Una bomba. Así que partí a los pocos días a ver esa maravilla. Lo bonito fue que cuando llegué con mi escudero Sebastián Rubio, nos encontramos con una sorpresa aún mayor.

Un poco de historia sanguchera

Admito que no sabía, pero aquí, en El Portal Ex Bahamondes, en 1920, se creó el completo. Antes se vendían salchichas dentro de un pan, pero este restaurante fue quien se atrevió a ponerle distintas verduras encima. ¡Qué maravilla! Les prometo que apenas supe me sentí en éxtasis. Estaba en la cuna del completo chileno. Qué honor. Sonreía a cada paso que daba hasta sentarme y ver la carta, para pasar a comerme su famoso completo italiano.

Además de ser los primeros, también innovan con su mayonesa. Para que sepan, la hacen a base de papa (sí, PAPA) y crema. De verdad que es una especie de puré.
Les pregunté la receta, pero la mantienen bajo siete llaves. “Secretos de la historia”, me dijeron.

El restaurante Ex Bahamondes

Está ubicado a un costado de la Plaza de Armas, dentro del Portal Fernández Concha. Antes solo se llamaba Bahamondes, pero hace años que cambió de dueños y ahora se llama “El Portal” y le agregan la bajada “Ex Bahamondes” para que todos los reconozcan.

En ese portal es fácil tentarse, porque es un angosto pasillo atiborrado de fuentes de soda y locales de comida rápida. Todos, en la vitrina que da hacia el paseo, muestran sus relucientes productos, que cambian día a día. Lo que sí llama la atención del Ex Bahamondes por sobre el resto, es que ahí puedes ver esa pizza completa que les comenté más arriba. Les dejo una foto para que la admiren (aunque, entre nos, no sé qué tan buena será porque se nota con masa más gruesa que la Tremebunda). Pero de que es algo que no había visto, lo es. Punto para ellos.

La carta

Es bastante simple. Se divide entre varias pizzas (individuales o familiares), y sándwiches de ave, vienesas, jamón, churrascos y lomitos. Los completos los puedes pedir “normal” (que igual es de un tamaño decente) y “gigantes” (para guatones bajoneros como yo, advertencia). Este último viene en un pan de 25 centímetros, y viene con una salchicha (gruesa) y un cuarto de otra más.

El completo italiano

Qué nostalgia escribir esto. Lo probé hace solo unas horas, pero de verdad que estaba feliz por comer en un local con tanta historia. Eso, inevitablemente, te suma. Es como jugar tenis en Wimbledon o poder pintar en la casa de Da Vinci. No sé. Me provocó algo medio mágico.

No pedí la pizza que me recomendó Óscar, porque no califica para este proyecto. Así que fui por el clásico completo italiano gigante (y el débil de Rubio fue por uno normal. Qué desastre, no sé por qué soy su amigo). Para acompañar, sus buenos fan-schops.
Sobre el sándwich mismo, lo mejor, por lejos, es el pan. Bien tostado, blandito, y capaz de contener los kilos de ingredientes que le echan encima. Me encantó. De los mejores panes de completo que he probado.

La salchicha, de sabor era la típica de una fuente de soda. Nada especial. Pero sí era bastante más gruesa. Bien.
Y lo más innovador, como les comenté, es la mayonesa echa en base a papa y mayo. Viene casi que por litros, porque de verdad que es MUCHO lo que le ponen. Incluso, y que me perdone la comunidad sanguchera, le saqué un poco en los últimos mordiscos. Es que, para serles sincero, era medio insípida, y con consistencia de puré. Entonces tampoco era lo más sexy. Entiendo que siguen la receta centenaria y que es una tradición y le da exclusividad también, pero una mayonesa casera le da mil patadas. Ahí mejoraría, pero claro, perdería “magia”. Perdón.

En resumen

Es un restaurante que hay que conocer. Es parte de la cultura gastronómica chilena. Parte de nuestro ADN. Es un local que ha alimentado por casi 100 años a miles de chilenos, en el corazón de nuestra capital. Además, el servicio es veloz y no sacrifica calidad. No es caro, y te mata el hambre por horas. De hecho, es posible que muchos no se la puedan con el completo gigante. Así que en ese sentido cumple. No se lleva más narices porque es un sabor conocido, porque en mi opinión podría ser más sabroso con otra mayonesa (puñalada por la espalda a la historia), y porque hay otros hot dogs dando vueltas que puedan ser mejores. Pero ninguno es el primero. Solo este. ¡Así que vayan de todas formas!