¿Qué tiene de nuevo?
Antes de entrar en el detalle de mi experiencia, hay que destacar ciertas características que diferencian a Streat Burger de otras hamburgueserías. Lo primero es que son minimalistas de principio a fin, haciendo una oda a la simpleza en cada detalle: tienen una carta reducida (5 hamburguesas, papas fritas y un par de bebestibles y postres), el diseño y la decoración son lo justo y necesario, e incluso los montajes de las burgers no caen en las brutalidades de 10 ingredientes en un mismo sándwich (ojo que esas brutalidades muchas veces son maravillosas, hay que decirlo). Más bien, respetan la simpleza y quieren que cada ingrediente cumpla su función y destaque.
Y en segundo lugar, no puedo escribir sobre Streat Burger sin mencionar su enfoque en hacer las cosas bien. ¿Por qué lo digo? Porque los dueños estuvieron más de tres meses recorriendo Estados Unidos y Europa probando distintas hamburguesas, tanto de locales reconocidos como también otros más under, hasta encontrar esa mezcla perfecta de carne molida, grasa y especias. Con esto daban el primer paso para cumplir con su sueño de tener un restaurante tipo gringo de primera calidad. Pero no crean que después de encontrarla iban a intentar copiar la receta. No. Ellos querían mantener el mismo sabor que tanto les había gustado. Por eso, tomaron la decisión de importar todos los ingredientes que creyeran indispensables e inimitables, de distintas partes del mundo. Así, cuando vayan podrán probar la carne (black angus 100% natural), el pan, e incluso algunas salsas que son importadas.
Habiendo dado esa introducción, ahora vamos a lo que nos convoca: la Red Burger que me pedí.
La hamburguesa
Lo que más me gustó fue el picor semi dulce del ají. Exquisito. Y curiosamente, no te queda la lengua picante, sino que es un picor pasajero. Justo lo que uno busca.
Otro punto muy alto es el pan. Usan el famoso “potato roll”, que es un pan como el que usa el McDonald’s para su McFiesta, pero de excelente calidad. Es consistente y firme para sostener los ingredientes. Para que se hagan una idea, es ese pan que a veces se te puede quedar un pedacito en las encías jajaj porque es como empalagoso pero en el buen sentido. Muy rico.
¿Les cuento algo que me llamó muchísimo la atención? En general, todos los sándwiches me los como tibios, porque cuando los recibo tengo que sacar varias fotos que hacen que se enfríen un poco. Pero esta Red Burger se fue contra todos los pronósticos, y aun cuando esperé harto porque todos los comensales le sacamos varias fotos, al morderla por primera vez seguía hirviendo. Y pucha que se agradece eso, porque el calor realza los sabores. Los lleva al lugar que se merecen. Los factores claves para lograr esto es que la carne es calentada a 450 grados y además te sirven las burgers en un paquetito que ayuda a conservar la temperatura (y también hace fácil que te la puedas llevar por si te la quieres comer en un parque cercano o en la Plaza Perú).
En resumen
Nada que alegar. Fui de noche así que no tuve que hacer fila ni nada, y la Red Burger se gana las 5 narices de chancho sin problemas. Probé tres hamburguesas más, y quizás si las hubiese elegido para criticarlas se hubiesen quedado en 4 narices, pero ese picor que les comenté junto a la mezcla perfecta del tocino con la salsa de la casa, hacen que la recomiende por sobre el resto y me den ganas de volver a pedirla.
He escuchado varios comentarios de que “la hamburguesa es muy pequeña, quedas con hambre”. Admito que aquí me descarto de opinar, porque ese día me comí tres distintas jajaj . Así que paso. Pero al juzgar por el tamaño, podría ser. Como no me pasó, mantengo la nota. Pero puedo volver y probar solo una para comentarles qué onda (¡juro que será solo una!).
La guinda de la torta de esta experiencia hamburguesística al más puro estilo norteamericano, es desde el punto de vista arquitectónico. Esto, porque recuperaron un espacio que estaba casi perdido, y lo transformaron en una especie de carrete entre semana. Un escape del trabajo, que seguro se hace necesario entre tanto oficinista del sector. Se agradece. Thanks, Streat Burger.