Mucho bla bla bla, poco cha cha chá

Roof Burger Reñaca

Cómo llegué

Esta guía de sándwiches la hacemos entre todos. Y como muchos de ustedes me habían escrito que salga a regiones, quise dar un primer paso yendo a Valparaíso. Y tranquilos, que se vendrán absolutamente TODAS las regiones de nuestro país. 

Dentro de las recomendaciones, una sanguchería que se repetía constantemente era Roof Burger Reñaca, un local que tiene sucursales en Viña del Mar y en Reñaca. Fui a esta última con el único amigo santiaguino que me apañó a ir a comer a la Quinta: Sebastián Montt (@sebastianmontt).

El local

He escuchado que “se arma” bastante en las noches, y muchos van a hacer el pre allá. No me tocó así. Para ir aclarando, habían unas siete personas. Fome (aunque igual nos tomamos un gin tonic ). La mesera, muy buena onda.
Tiene una terraza bastante larga con bancas de madera. Ese spot es perfecto para piscolear. Adentro son mesitas más chicas y quizás es para los que no anden con tanto ánimo de salir.

La carta de Roof Burger (la pueden ver haciendo click aquí)

Exteeeeeensa. Tienen 21 hamburguesas de carne, más dos opciones vegetarianas (una de lentejas y otra de champiñones), junto a ensaladas y un par de tablas. Nos costó elegir entre tanta combinación, pero fuimos por la número 5, la “Essie Burger”.

La hamburguesa

En sí, estaba roja como me gusta. Pero casi paradójicamente, estaba seca. No tenía sus jugos. Me huele que estaba precocida y solo le dieron un golpe de calor, porque les prometo que se demoraron menos de 2 minutos en traérmela. Raro. En general uno le tiene que dar unos cuatro minutos por lado, más el montaje.

Veamos el resto de los ingredientes: poco queso. Poco jamón serrano. Solo una pequeña y delgada lonja. Y si es la gracia de la burger, TIENES que echarle más. Mucha lechuga, y siento que no pegaba con el resto. Estaba como para darle altura no más. Hubiese quedado mucho más sabrosa sin eso, porque esa lechuga le da un amargor que le quita el protagonismo al resto de los ingredientes (porque había poco de cada uno!!). Usaban cebolla morada en juliana y bien aliñadita, como la que uno come en el ceviche peruano.

El pan y los acompañamientos

En el pan, usaban la técnica de ponerle mantequilla a la tapa antes de tostarla, pero se les pasó brígido. La mantequilla se sentía mucho. Las papas con la salsa eran por lejos lo mejor (no lo digo en mala onda jaja les prometo que las papas fueron las mejores que comí en la Quinta Región). Pero la hamburguesa, al debe.

En resumen

Me habían recomendado tanto este local, que admito que venía con las expectativas por las nubes. Y mi caída fue como desde la punta del Costanera Center. ¡PAF! No me gustó para nada. Dos narices de chancho.
Me imagino que muchos viñamarinos me van a odiar porque se nota que le tienen cariño, pero qué quieren que les diga. Eso sí, acepto una revancha. Una segunda oportunidad. Porque no puede ser que les guste tanto y que ni Sebastián ni yo la hayamos encontrado buena. Se viene.