Sándwich de langosta!
Statler Grill Nueva York
Cómo llegué al Statler Grill
La verdad, llegamos al restaurante Statler Grill de Nueva York por flojera. ¿Cómo es eso? Sí. Por flojera. Y por frío también.
Con el Hush queríamos ir a comer al Burger Joint. Pero apenas salimos del hotel en dirección a esa tan afamada hamburguesa, casi morimos de frío. Aquí en Nueva York acabamos de vivir el día más frío en los últimos doce años. Y en esta ciudad, es muuucho que decir. Así que en vez de tomar el metro y caminar varias cuadras, caminamos un par de metros y nos topamos casi de suerte con el Statler Grill. Se veía bien rico y “fancy”. Podía ser un poco caro, pero como paga el Hush, entramos jajaja. No en serio, era como LA salida formal que no sea a un carro de comida o a un pub. Así que lo merecíamos jajaj.
El restaurante Statler Grill
El restaurante Statler Grill está ubicado en la calle 33 West, a la vuelta del Hotel Pennsylvania. Eso es muy cerca de Penn Station, estación bastante importante del metro de acá.
Su nombre le hace honor a un ex dueño del hotel Pennsylvania. Por fuera, parece un bar. Pero una vez que entras, te das cuenta es en verdad es un mix entre un bar (pero sin tanto ambiente) y un restaurante de mantel largo.
Su especialidad son las carnes, porque trabajan con casi puros cortes de primera. En todo caso, tienen muy buenos vinos y también excelentes productos marinos. Eso sí, les advierto desde ya, es un poco carozzi. ¿Paso el dato? En Groupon casi siempre tiran cupones para este restaurante
La carta de sándwiches del Statler Grill
A pesar de sus altos precios y de sus finos cortes de carne… tienen sándwiches. Me pareció raro, pero al ver su contenido, no lo dudé y me fui de cabeza por uno.
Statler Grill ofrece tres sándwiches.
El primero es una hamburguesa hecha de una mezcla de carnes premium. Son tres: bife de chorizo (“Rib Eye”), churrasco y filete.
El segundo sándwich es de filete mignon, con la famosa salsa “horseradish” (de rábano picante).
Y el tercero, que fue el que pedí, es un sándwich de langosta. No podía estar en un restaurante que sirvan sándwich de langosta y no pedirla, ¿cierto? Así que con tutti no más.
El sándwich de langosta del Statler Grill
Grande y rico. Esos serían los primeros adjetivos calificativos que se me vienen a la cabeza después de comerme este sánguche.
Tenía hartas cosas buenas, y solo un par de cosas más o menos. Pero parto diciendo los ingredientes: una langosta pequeña completa, con mayonesa a las hierbas. Luego, tocino crocante (era como una especie de rostizado de tocino, bien rico), con palta (sí, PALTA!! En Estados Unidos!), lechuga y papas hilo, servido en un pan Brioche.
La langosta estaba perfecta. Muy sabrosa. Eso sí, le pusieron demasiada mayonesa, por lo que no se aprovechó la frescura de la langosta. Es como cuando haces “atún con mayo” (el atún en lata), y termina siendo una pasta. Yo hubiese puesto la carne de la langosta sola, y la mayo en un lado del pan no más. Aquí, el orden de los factores sí altera el producto.
El tocino, dedo para arriba. Bien. Y bueno, en este país, el tocino por lo general anda muuuy bien. Hay que aprender de ellos.
La palta, normal. Igual pienso que la Hass nuestra es insuperable.
Donde sí se me cayeron, fue en la lechuga. Era DEMASIADA. Entiendo que la pongan porque además de la frescura, le aporta crocancia y le da volumen al sándwich. Pero aquí casi que pusieron una entera. Recomiendo sacarle la mitad al menos, para balancear mejor el sándwich.
Las papas hilo vienen fuera, pero igual es una buena idea meterlos adentro. Como yo no soy fanático, me las comí aparte no más.
Y el pan, bien. Me he dado cuenta que por lo general acá los panes son mucho menos esponjosos. Son de mayor consistencia, con la miga bien junta, y muuuy dulces. Pero ricos.
En resumen: ¿Cómo decirle que no a un sándwich de langosta?
Si tienes un cupón de descuento, ven sí o sí. Es la oportunidad de comer en un excelente restaurante, y probar cosas distintas.
El vino que nos tomamos, un “Riesling” de la viña “Brotherhood” (la más antigua del país), me impactó. De los mejores blancos que he probado (aunque muy caro!! Extraño Chile!).
Y como es muuuuy poco común ver un sándwich de langosta, creo que venir al Statler Grill es una excelente opción. Eso sí, es como para venir una vez no más (salvo que tengas una muy buena pega). Como no me mató, porque además hay puros viejos comiendo a tu lado, se queda en tres chanchitos. Pero sí es una buena parada para probar cosas que en Chile quizás no existen o es muy difícil encontrar.