¡A todo cachete!
Donde el Nano
Cómo llegué
Cosas del destino. Por Instagram me contactó Gabriel Orellana, más conocido como “El Nano”, para contarme de su sanguchería en La Vega Central. El mismo día, y solo un par de horas más tarde, mi hermano Aníbal (@CuchoSanchez), un Sánchez tan bueno para la comida y las picadas como yo, me manda una foto de un Churrasco Chacarero del mismo local. Se veía increíble. No había nada que discutir. Teníamos que ir a ese lugar a probarlo. Era una señal. La imagen era demasiado bonita como para hacerle el quite a ese churrasco. Así que me pasó a buscar a TVN y partimos a La Vega en busca de la sanguchería Donde El Nano.
La sanguchería Donde el Nano
Apenas entras por la entrada principal de La Vega, al costado derecho se ve un pasaje con un cartel que anuncia la sanguchería “Dónde el Nano”. Ese pasaje se llama “Calle Quilicura”. Entras por ese angosto pasillo, y unos 15 metros más adelante ya llegas. Es un local pequeño, con una mesa para cuatro y además una barra donde caben unas cinco personas más. Pero lo que no es pequeño son los sánguches que ahí se preparan. Altos en sabor y en cariño. Y es que si vienes, te aseguras un producto de calidad. Para que se hagan una idea, todas las carnes se cocinan a baño maría, y varias de ellas con un mínimo de seis horas de preparación, para que terminen siendo blanditas y jugosas.
Un poco de historia
El Nano es la tercera generación de veguinos de su familia. Tanto su abuelo como su padre se criaron entre cajones de tomates y verduras varias. Incluso el mismo Nano, después de cansarse de trabajar en casinos de colegios, abrió esta sanguchería hace dos años y medio. Y pucha que se nota la mano gastronómica de La Vega. Es un placer poder comer ingredientes tan frescos.
La carta
Me gustó que ofrecen una amplia variedad de proteínas. Mechada, lomo, churrasco, ave, arrollado, lengua y hamburguesa. Después de elegirla, ouedes combinarla como quieras con los típicos ingredientes como tomate, palta, mayonesa casera, porotos verdes, queso, americana, ají verde, etc. Además, cuentan con un par de sándwiches “especiales” como el Veróni K (mechada chacarera con queso) o el Nachoore (Barros Luco con tocino). Yo me fui por el primero, y mi hermano por el segundo.
El churrasco chacarero
Lo primero que salta a la vista, es el tamaño del sanguchito. Gigante, y vi varios más que servían a otros comensales. Todos generosos. De hecho, hay un “vegetariano especial” que debe ser el más grande que he visto. Este vegetariano lo pide mucho Manuela, una chiquilla muy simpática que se me sentó al lado y nos metió conversa. Ella, junto a su pareja, hacen tours gastronómicos por La Vega. Así que si ella almuerza en Donde el Nano, la picada habla por si sola. No hay mucho más que decir.
Ell pan es muy rico. Consistente para aguantar todos los ingredientes, crujiente y sabroso. Le pregunté de dónde lo sacaba, y me dijo que el frica es de la misma Vega. Es de los buenos panes que me ha tocado probar.
Las verduras, obviamente muy frescas. Y cómo no, si las saca de ahí mismo. Increíbles. Cómo se nota cuando se usan tomates de verano, grandes, bien rojizos y sabrosos (y le ponen haaaaaarto tomate). Una maravilla. La mayonesa, otro gran acierto del local.
La mechada, es una VERDADERA mechada. ¿Sabían que el acto de mechar es ponerle verduras adentro? Me lo dijo el chef Matías “Momo” Palomo (@MomoPalomo). Esta tenía zanahoria y pimentón, y usaban Punta de Ganso. Bien rica. Eso sí, en alguuuunos mordiscos, me tocó un pichintún seca, a pesar de que yo mismo vi cómo el Nano iba humectando la mechada con su caldito mientras la cocinaba a la plancha junto con el queso (mezcla perfecta). Para el churrasco de Aníbal, usan Posta Rosada. Ese estaba rico también, pero no se compara con mi Veróni K.
(Fotos tomadas con mi Sony Xperia X)
En resumen
Con menos de tres años de existencia, ya es un clásico de La Vega. Donde el Nano se ha ganado el respeto no solo de Marcela, si no que de varios locatarios y caseros que frecuentan el mercado. Y si ellos comen ahí, no hay muchas conclusiones que sacar. Además, los medios de comunicación también han resaltado su calidad, pues ha aparecido en varios matinales y periódicos.
Les voy a dar un tip: si van, pidan que les de a probar su lengua. Les prometo que hace años que no probaba una TAN jugosa y blandita. De las mejores que he comido. Aunque no les guste o hayan tenido malas experiencias anteriores, atrévanse. Vale la pena. Probando esta lengua, se pueden hacer hasta adictos. Ya me imagino cómo debe quedar en una camita de palta, tomate y mayonesa casera. Mmmmm, un manjarsss.
PD: Para destacar también el ambiente que se armó. Además de Marcela (que le pedí su número para hacer el tour. Si alguien lo quiere pídanmelo por el Instagram @365Sánguchez), se nos sentó un ex dueño de un restorán en Zapallar que tenía más historias que García Márquez. Terminamos armando un grupito muy buena onda, rápido para la talla. Y obviamente, el Nano no se restaba, y sus tallas volaban desde la plancha a la barra a una velocidad increíble. Si quieren más historias divertidas, cuando vayan pregúntenle por qué tiene un cartel que sale “A todo cachete”, y otros solo “a medio cachete”. Es una buena anécdota jajaj. Vayan!!!
2 comentarios en “Donde el Nano, Recoleta”
El dueño me estafó con mi vuelto (me dio un billete falso de $10.000), y para peor fui testigo de como trataba a punta de garabatos a sus clientes y a sus empleadas.
Los sandwich son ricos pero nada del otro mundo, hay muchos locales en la vega chica con mejor sabor que acá, incluso con caldito incluído.
Lamentablemente ya no es lo mismo de antes. Se fue a la B y pa colmo, lo siguen recomendando
Hola Lorena! Gracias por escribir y por compartir tu experiencia conmigo.
¡Qué fome la situación que viviste! Y sí, en La Vega Chica hay unos locales muy buenos! Has probado la Picá del Licho?