Solo música. Sándwiches, NOT

The Jazz Corner

Cómo llegué a The Jazz Corner

Estaba en las oficinas de Alta Comunicaciones buscando mi nuevo celular Sony Xperia X, cuando de repente me llama mi hermano Coto. Había terminado una reunión, y quería comerse una buena hamburguesa. Como estaba en el Barrio Italia, nos juntamos y comenzamos a caminar hasta que nos topamos con The Jazz Corner.

Había pasado varias veces por ahí, y casi siempre habían bandas en vivo, por lo que tenía una idea de un restaurante movido, con onda. Sobre la comida, nunca había escuchado referencias. Pero igual entramos a ver si tenían sándwiches.

Restaurante The Jazz Corner

The Jazz Corner queda en la esquina sur poniente de Italia con Santa Isabel, en pleno Barrio Italia. Fue creado por el músico chileno Cristián Cuturrufo para potenciar esta música.

La gran gracia es que de martes a sábado, a partir de las 20:30, se presentan distintas bandas de jazz. Por lo mismo, encuentro que es un excelente panorama para hacer algo distinto y conocer un poco más de este estilo musical.

Por la misma calle Avenida Italia tiene una terraza bien rica sobre un deck de madera. Eso sí, como hacía mucho calor, con Coto preferimos entrar. Adentro hay un gran comedor principal, donde está el pequeño escenario. Luego hay un segundo comedor, bastante más oscuro, y solo separado del primero por un par de pilares. Pasamos a este último solo porque ahí había un gran ventilador. Y en esta época, les juro que eso hace la diferencia para elegir un lugar.

Les dejo su página web.

Carta de sándwiches de The Jazz Corner

The Jazz Corner tiene tres tipos de hamburguesas.

La primera, la “Blues Burger”, es de vacuno y la acompañan con cebolla morada, pepinillos, tocino, queso Cheddar y mostaza a la miel. Todo esto por $7.000.

La segunda, que se llama “Jazzy Burger” es de pavo. Viene con manzanas caramelizadas, rúcula y queso Camembert. Esta cuesta $7.200. Fue la que más me tincó, pero admito que la tercera tuvo una innovación que me llamó mucho la atención, y fue determinante para elegirla.

Y es que la “Humus Burger” ($6.800), de garbanzos, tiene la particularidad de que está rebozada en tempura de granola. ¿Habían visto alguna vez algo parecido? También tiene pera, cebolla y rúcula. Lo de la granola lo encontré tan choro que fui de cabeza.

Hamburguesa vegetariana en The Jazz Corner

Les voy a hacer una confesión. Leyendo los ingredientes, sabía que probablemente esta sería una hamburguesa muy, pero muuuuy seca. Es que solo imagínenlo. Garbanzos. Granola. Rúcula. Pan… y no me equivoqué.

A esta Burger le lloró una salsa. Y es que hay que ser bien experto para lograr buenas hamburguesas o croquetas de garbanzos (por ejemplo, las del Zaatar que son excelentes. Miren la crítica aquí). Seca como pocas cosas que haya probado.

Efectivamente, el tempura de granola es un acierto. Me encantó la idea, y de hecho voy a cocinar algo parecido en mi casa. Exquisito. Pero fuera de el sabor de esto, me tocó una hamburguesa mala. Por sobre todo, por lo seca.

La consistencia también era malísima. La verdad, ¡ni tenía consistencia! Apenas tocabas la “hamburguesa”, se deshacía. Era imposible mantener la forma ovalada.

La pera, a pesar de lo sabrosa y lo bien que combina con la granola, era un ingrediente perdido entre el desierto de sabores. Casi te daba tos de perro comiendo esto. Y el pan tampoco ayudaba.

Si se fijan en la foto, el sándwich viene con un pote de una salsa. No te dicen que tiene ajo, pero pónganme atención: tiene MUCHO jajaj. La lata fue que era tan pero tan líquida que era hasta difícil de transportar del pote a la hamburguesa. Y por la cantidad, tampoco lograba humectar la Burger.

En resumen: The Jazz Corner es para escuchar Jazz.

The Jazz Corner puede ser lo entretenido que quieras con las bandas en vivo. Pero si estamos hablando de sándwiches, NO es el lugar para venir a comer.
Pidan pizzas, o quizás las exquisitas opciones para picar como los corner dogs o las croquetas de Camembert. Pero los sándwiches no, por favor.

Coto se pidió la de vacuno, y no le gustó nada. Definitivamente fallamos pidiendo esto. Así que la próxima vez que venga simplemente me sentaré a escuchar música con un vaso de cerveza en la mano. Nada más.