¿Ya no es lo mismo?
Sándwich El Dante
Cómo llegué al Clásico El Dante
Hay sánguches que no pueden faltar en 365 Sánguchez, y uno de esos es un Sándwich El Dante.
Por lo mismo, y acompañado de mi sanchopancesco amigo Santiago Errázuriz (@SantiagoErrazuriz), partimos a Plaza Ñuñoa para incluir este clásico restaurante santiaguino en este lindo proyecto.
El local: Clásico El Dante
Abrieron en 1949 y desde ahí no han parado de servir schop helado, pizzas y sándwiches. Incluso, tienen dos locales muy cerca el uno del otro. En ambos ofrecen la misma carta y tienen decoración similar, pero el primero, el clásico del que todo el mundo habla, es el que da a la calle Jorge Washington.
Una de las mejores cosas que tiene, son sus horarios. Se puede decir que están siempre abiertos (lunes a domingo de 9 AM o 02:30 AM al menos).
La carta
Responde a una típica carta de restorán que encontramos en Chile: un par de platos nacionales como caldillo de congrio, cazuela de ave y merluza austral; y amplia oferta de pizzas, chorrillanas y sándwiches junto a varias opciones de cervezas tanto nacionales como importadas.
El Sándwich: Churrasco Dante
Antes de entrar al sándwich mismo, no puedo evitar mencionar que la chiquilla que nos atendió era muy buena onda y alegre, pero no manejaba bien la carta. Incluso, tuvo que acudir a un simpático “torpedo” jaja. Habiendo dicho eso….
El pan era tipo amasado. Apostaría que no era del día, porque no estaba muy fresquito. Pero bien igualsss. La palta tenía un color medio deslavado/blancucho, que no es la palta “verde fuerte” que uno busca. Pero de nuevo, tampoco es tan malo.
Como buena fuente de soda, era contundente. Harto de cada ingrediente.
Pienso que el tipo de lechuga estaba mal elegido. Era la romana, también conocida como costina (para que cachen, es la típica de los Hot Dogs o tacos que se corta en tiras). Le aporta “crunchy” (gracias MasterChef), pero es insípida. Si se usa, recomiendo aliñarla con limón o al menos sal. Sola, nunca.
Al churrasco Dante le agregué pebre (como no! AMO EL PEBRE!), y le puse aún más ají verde (ambos los puedes pedir gratis para cualquier plato). Con esto mejoró infinitamente, pero no alcanza para ponerle más de tres narices de chancho.
En resumen
Me dejó con gusto a poco. Ni fú ni fá. No malo, pero tampoco bueno. Piola. Normal. Es lo que hay. Alimenta.
Cuando se viene a este tipo de locales, uno busca sabores como la fuente alemana, la chilena, la Suiza o Mardoqueo. Pero estuvimos lejos de eso. Quizás me odien por no ponerle mejor nota a este emblemático lugar de Plaza Ñuñoa, pero fue lo que me tocó. Le falta para volver al nivel que todos conocemos. Le falta.