¿Y cómo tanta fama?

Hard Rock Café Santiago

Cómo llegué

Me escribió por Whatsapp María Luisa Lores (“la Wisi), directora ejecutiva de DAMGO (@DAMGO_fundación), para juntarnos. DAMGO es una plataforma “gastronómica social”. ¿Cómo es eso? Fácil. Ellos se asocian a muchos restaurantes, y en las cartas tendrán algunos de sus platos con un identificador de que son parte de DAMGO. Si lo pides, $400 de ese plato irán para poder darle almuerzos a gente que no tiene otra forma de alimentarse, en un comedor de Peñaolén. ¡Me encantó la idea! Poder ayudar comiendo creo que es una de las cosas más satisfactorias que hay.

Quería conversar conmigo para mostrarme la plataforma e invitarme a participar (adivinen qué le dije, jaja). Y ella misma eligió el Hard Rock Café Santiago (aquí su web), porque es uno de los cientos con los que están comenzando a trabajar para lanzar este lindo proyecto, y así ayudar a miles de personas. Así que no tuve ni que pensar en el lugar y partí al Costanera Center para juntarme con ella. Y para comer hamburguesas, claro.

Fotos tomadas con mi Sony Xperia X

Ubicado en el primer piso del mall Costanera Center (incluso da a la calle), el Hard Rock Café Santiago es el primer local en Chile de esta franquicia gringa (en un principio, inglesa). En total, tienen más de 150 cafés repartidos por todo el mundo.

Esta marca se ha hecho conocida por contar con memorabilia de diversos grupos de música colgando en sus paredes. En Santiago, por ejemplo, hay una camisa que usó el mismísimo Elvis Presley, un cinturón del crack de Jimi Hendrix, y varias guitarras y discos autografiados de muchos artistas.

Es un local muy entretenido, que además tiene un escenario con todo lo necesario para que vaya una banda del mejor nivel a rockear. Sigan su cartelera, porque se arma harto ambiente en las noches cuando hay tocata en vivo.

La carta de hamburguesas

Además de la Original Legendary Burger, que es la icónica del lugar y la puedes encontrar en cualquier Hard Rock Café del mundo, hay otras seis hamburguesas, y además dos sándwiches. Ojo que hay tanto una burger como un sándwich vegetarino.

Otra gracia de la carta y que también está en todos los locales, es la “Local Legendary Burger”. Es una adaptación de la clásica, pero se supone que llevada a los gustos locales de cada país. Esa fue la que me pedí, aunque admito que no le encontré nada chileno. Pero se lee bien, miren: Hamburguesa, huevo frito, lechuga, tomate, queso Roquefort, cebolla crispy y salsa de queso azul.

Todas las hamburguesas vienen con papas fritas, y además puedes agregar aros de cebolla ($2.990), champiñones, cebolla caramelizada ($990= o ensalada César pequeña ($2.490).

La hamburguesa: Local Legendary Burger

Grandote. Hay que decirlo de entrada. Es solo para valientes. No solo por el tamaño, sino que también por la cantidad de ingredientes y por cuáles son! ¿Cacharon que no solo viene con queso azul, sino que también viene con una salsa del mismo queso? ¡Una bomba!

Eso sí, estaba piola. De hecho, por el precio ($9.890), incluso “mala”. ¿Por qué? Primero que todo, cometieron un pecado mortal. ¡Cuál! Se preguntarán. Pues… es que… me cuesta decirlo. Es como cuando Harry Potter decía “el Innombrable” para referirse a… “el que no debe ser nombrado” jaja. Y es que el Hard Rock Café Santiago trajo la Local Legendary Burger… ¡CON LA YEMA DEL HUEVO FRITO REVENTADA!!! ¡QUÉ LES PASA!! Es algo que no se lo deseo a nadie. Y es que reventar tu propia yema, sabemos que es uno de los placeres gastronómicos más grandes (y mejor aún si lo haces con una papa frita. Uffff, una delicia). Pero aquí no pude hacerlo, por el malvado chef. ¿Habrá sido a propósito? Malditos…

La Local Legendary Burger posando con un Schop Austral Lager

Dejando de lado el incidente del huevo…

Sigamos. La hamburguesa misma, era normal. Ni mala, ni espectacular. Yo le hubiese puesto más sazón en cuanto a especias, pero eso es a gusto del consumidor. En lo que sí fallaron, fue que me preguntaron por el punto de la carne (rojo), y adivinen como llegó… ¡cocida! Les prometo que pensaba que esto era una confabulación del chef contra mi :/

El huevo, además del incidente ya mencionado, venía “insipidísimo”, if you know what I mean. Les juro que no tenía ni siquiera UN grano de sal. Nada. Así que era fome fome fome. Le restaba a la hamburguesa. El tomate ni caché que venía hasta que volví a leer la carta para escribir este post, pero no me importó tanto (de hecho, hasta podría apostar que se les olvidó ponerlo). El pan, correcto. La cebolla crispy, rica y harta. El queso azul, admito que no era tan pasoso. Como venía en cuadritos y además la salsa, pensé que se iba a robar el sabor, pero no fue así. Bien ahí.  

Ella es la Wisi! Sigan a @Damgo_fundacion para ayudar!

En resumen

Cuesta que me crean que les diga que era una hamburguesa “normal” después de leer la crítica de arriba, pero es que hay que separar algo que te da asco comer, de algo que te esperas mucho más (por precio, marca, ingredientes y por cómo se ve). Pagando casi 10 lucas, nica es una hamburguesa que te pedirías. Y fome, porque a pesar de ser una cadena gigante, es reconocida por lo sabrosa (¿O no?). Alguna vez me pedí una en Venezuela y era bastante rica, pero fue hace tanto tiempo que sería irresponsable compararlas.

Bueno, la cosa es que no sé si no elegí la hamburguesa correcta, si quizás el chef andaba de vacaciones o si simplemente está mal adaptada la franquicia, pero me fui triste de mi visita al Hard Rock Café Santiago. Si vuelvo, solo será para escuchar a las bandas tocando en vivo, porque pucha que es choro el ambiente que se arma. Pero a comer hamburguesas, no gracias.