Normal. Pero caro. Pero con amor.
Cómo llegué
Estas últimas tres semanas he tenido doble turno en la pega. Por las mañanas hago el matinal, y en las tarde “Por Ti”. Y una de las notas que me tocó hacer para el “Muy Buenos Días” fue en el Zoológico Nacional.Aprovechando las largas esperas que teníamos que hacer, con el equipo de producción nos sentamos en el local que está justo afuera. Todos teníamos hambre, y a pesar de ser las 11 de la mañana, todos concordamos en que su tonto churrasco nos vendría bien. Así no más.
La picada del Zoológico Nacional
El Zoológico Nacional tiene una cafetería adentro, pero también un puesto justo afuera, antes de que hagas la fila para comprar el ticket. Ahí sirven churrascos y completos muy contundentes.
Como espacio físico no resalta nada… exceeeeepto, que la “barra” donde uno se puede sentar a comer, tiene una vista que da a todo Santiago. De verdad que es un privilegio poder comer mientras miras la ciudad. Por suerte, justo nos tocó un día increíble. Totalmente despejado. Con mucho sol. Como que el mismo sándwich agarra otro sabor cuando comes con una vista así de agradable.
La carta de sándwiches
Es bastante simple, porque este local, picada o cafetería del Zoológico Nacional, es más un lugar de paso que uno para sentarse a comer. La carta de sándwiches ofrece churrascos, completos, sándwiches de ave y jamón. Cada uno de ellos, con algunos agregados mega comunes como la palta, el tomate, la mayonesa o el queso.
Nota no menos importante, es que la mayonesa que usan es Hellmann’s y la salchicha es San Jorge. Juzgue usted si esto es bueno o malo jaja.
El churrasco palta del Zoológico Nacional
Me pedí, al igual que todo el equipo, un churrasco palta. Varios amigos camarógrafos ya habían comido aquí, y todos me habían dicho que eran hechos con amor. Y no se equivocaban, porque le ponían harta carne y harta palta. Punto para ellos.
Es medio extraña esta crítica, porque es un sándwich demasiado simple, entonces uno no puede decir mucho. ¿O sí? Porque aunque tenga pocas cosas, igual “te pueden pasar cosas”. Por ejemplo:
El churrasco del Zoológico Nacional es sabroso, pero muy aceitoso. Se recomienda comerlo con cubiertos por lo mismo. Además, con esa carne es bastante probable que tus dientes no puedan solos y necesiten ayuda de tus dedos, que a esas alturas ya debiesen estar bañados en palta. Por eso, agarra cuchillo y tenedor y estamos.
Rico churrasco. Rica palta. El pan, mejorable. No estaba tan fresquito como me hubiese gustado.
En resumen
La nota de las dos narices no va tanto por el sabor, sino que también por el precio. Como buen monopolio, los precios son elevados porque es casi la única opción gastronómica del sector.
Por lo mismo, ok, es un buen sándwich. Pero costando cinco lucas, creo que es mucho. Por $3.500 o $4.000 se llevaba las tres narices de chancho, pero con este precio se estanca en las dos no más.
De todas formas, ya que hay una cafetería ahí, es bueno que le pongan amor a los sándwiches y sean así de contundentes. No vaya a ir un gringo que después ande pelando a los chilenos por “manos de guagua” jaja. No. Aquí se cumple nuestra ley de que el sándwich es con harto de cada cosa.