Y era simplemente PER-FEC-TA. No le cambiaría nada de nada. ¡Y eso que la carne ni siquiera era tan jugosa! Pero tenía un saborcito ahumado muy rico. También le sentí un dejo como a chorizo artesanal, pero según lo que logré entender de lo que me dijo el chef (hablaba muuuy poco inglés el compadre), era solo carne australiana, huevo, sal y pimienta. En general evito pedir las hamburguesas “4 quesos” y similares, porque siento que se pierden.
Pero acá, no tengo idea cómo, lograron que se sintieran los tres. ¡Y eran atómicos!! De sabores potentes. Como que era la trilogía ideal. En el nombre del gruyere, del mozarella, del cheddar, amén. La cebolla caramelizada tenía el dulzor justo para que no fuese invasivo, y como que con los quesos se transformaban en un solo ingrediente (que era mágico, obvio). Miren, no sé qué le echaron a esta #hamburguesa, pero sí les aseguro que era adictiva. Mi plan inicial era dejar la mitad para no engordar, pero estaba TAN buena que me la zampé entera y hasta quedé con ganas de pedirme una segunda, exactamente igual.
Si existiesen las 6 narices de chancho, esta #burger se las llevaría. Tremenda incorporación al salón de la fama @gruposecurity de las mejores burgers del planeta ?.