Sándwich de salmón, a la perfección
Russ & Daughters Nueva York
Cómo llegué a Russ & Daughters Nueva York
Nuevamente, mi hermano Coto fue la inspiración. Me dio una lista bastante amplia de lugares donde comer. Pero de sándwiches, solo un par. Y entre ellos, estaba Russ & Daughters Nueva York.
Lo bueno fue que después de salir de Kattz, caminé un par de metros para bajar la guata, y me topé sin querer con Russ & Daughters. Así que podríamos decir que fue el destino. Ahí decidí que incluiría este lugar dentro de 365 Sánguchez.
La tienda de Russ & Daughters Nueva York y su historia
Digo “la tienda” y no “el restaurante”, porque no hay lugar para sentarse y comer (aunque hace unos meses abrieron un segundo local tipo café, con mesas y todo). No. Aquí entras, sacas un número para que te atiendan, y pides en el mesón para luego llevarte lo que hayas comprado. Pero lo interesante de Russ & Daughters comienza en 1907.
En ese año, Joel Russ, inmigrante judío, comenzó a vender pescado en un barril. Sí, barriles. Y se mantuvo así por siete años hasta que creció el negocio para poder pasar a una carreta donde seguía vendiendo el mismo pescado. Lo importante es que han pasado 102 años y se sigue vendiendo pescado de altísima calidad.
Lo choro de Russ & Daughters viene de muchos lados. De la historia de esfuerzo de Joel. También de que fue el primer local en incluir “& Daughters” en su nombre, en una sociedad muy pero muy machista. Y por último, en que después de tanto tiempo, sigue siendo un negocio familiar (lo manejan los tataranietos), yendo contra la estadística de que los negocios familiares solo duran dos generaciones. Es decir, aquí la pega se hace bien. MUY bien.
Perdón que me haya dado la vuelta, pero encontré muy linda la historia.
El local Russ & Daughters
Hablando sobre el local, es pequeño, pero muy llamativo. Apenas entras, tienes dos mesones. A la derecha, la parte dulce. Macarrones, pasteles, sardinas de chocolate y mucho más. A la izquierda, tienes el mesón para pedir el producto estrella de Russ & Daughters: bagel de salmón con queso crema. Y pasados los dos mesones, te encuentras con una góndola en frío, con productos gourmet. Vale la pena echarle un ojo y comprarse algo.
Si no me creen a mi, créanle a Antonhy Bourdain, uno de los mejores chefs del mundo, que incluye a Russ & Daughters como uno de los 15 lugares donde comer antes de morir de todo el mundo. Corta.
La carta de sándwiches de Russ & Daughters
A pesar de que hay varios productos, lo power aquí es que tienes una gran variedad de los tres ingredientes principales que les expliqué más arriba. Vamos por punto:
Bagels. Tienen 10 tipos de bagels. Sí, DIEZ!! Eso si que es variedad de un mismo producto. Con cebolla, con sésamo, de avena, integral, etc.
Queso Crema: Igual. 10 tipos distintos de queso crema. Esto es muy parecido al paraíso, en mi opinión. Puedes elegir el clásico, o con rábano picante, hay dos en base a tofu (veganos), e incluso ofrecen uno de caviar. Chúpate esa.
Salmón: la estrella del Russ & Daughters, y el producto por el cual se ha hecho famoso durante más de 100 años. Aquí ofrecen seis tipos de salmones ahumados. De Noruega, con costra de sal, filete, y de Nueva Zelanda, entre otros. ¡Me faltó uno de Chile!
Todo esto se los cuento para que se den cuenta de que si llevan 100 años vendiendo un sándwich de solo dos ingredientes (tres si contamos el bagel), es porque se han especializado en hacer algo perfecto. O esa es la idea al menos.
El sándwich de salmón del Russ & Daughters
Simple, pero con cariño y muy sabroso. Esa les diría que es la mejor definición.
A mi me gusta probar cosas raras siempre, y ahora, con tanta oferta frente a mis ojos, pensé que me la iba a jugar con tutti. Pero la verdad, respeté la historia, y le dije al compadre que me atendía que me diera el que a él mejor le pareciese. Y, obviamente, me hizo el clásico. Nada de andar reinventando la rueda.
Bagel con sésamo tostado, queso crema con cebollín y salmón Gaspe Nova.
El Bagel lo mandan a hacer a The Bagel Hole, en Brooklyn. Según muchos expertos, es de los pocos lugares donde se hace un rico y clásico bagel al estilo de Nueva York. Admito que no lo amé, porque lo encontré muy pesado. Su consistencia era dura, y yo hubiese preferido algo más blandito. Pero aquí voy a tomar la postura humilde, porque varios me han dicho que así es la cosa no más, jajaj.
El queso crema, suavecito. Con el toque perfecto de cebollín. Nada de andar invadiendo. Porque el cebollín es para darle un toque no más. Bien.
Y el salmón, fresco. Sabroso. De buen color. Y excelente cantidad.
En resumen: No esperes algo nuevo, pero sí algo bueno.
Si te gustan los sándwiches de salmón, este es EL lugar donde tienes que comer uno (¿le decimos a Piñera?).
Russ & Daughters tiene otros sándwiches, pero si es tu primera vez aquí, TIENES que probar el bagel con salmón y queso crema. No hay dos opiniones aquí. Aunque seas alérgico, vegetariano o simplemente no te guste. No importa. Aquí viniste para probar algo histórico. Y todos queremos ser parte de la historia.
Venir al Russ & Daughters quizás no es lo más rico del mundo. No vas a quedar hablando semanas de su sabor. Pero sí le agarrarás cariño por su historia y agradecerás que le dediquen tanto trabajo a un producto simple, porque esa es la única forma de enaltecerlo. Y en Russ & Daughters pucha que lo han hecho.